martes, 24 de noviembre de 2015

Sección feminista de la falange española


Fuente: Exposición fotográfica: Un tiempo entre visillos: Modelos de mujer del siglo XX en Castilla y León.

El cuidado de la casa, la atención al marido y la educación de los hijos serán los objetivos de la educación en una mujer del siglo XX.  El sector femenino buscaba ideal de perfecta casada, cuyo único fin en la vida era alcanzar el matrimonio y ser madre.
La incorporación laboral de la mujer a sectores industriales no le proporcionará dependencia alguna, ya que el trabajo femenino en el sector obrero no es una opción sino una necesidad que la hará sentirse culpable pues estará abandonando las funciones obligatorias que le son acuñadas desde muy pequeña: la casa y los hijos.
La mujer durante su juventud y hasta edades muy avanzadas solo podía encargarse de trabajar en el campo periódicamente: en la siega, vendimia, escarda, cribando etc. alternando esta labor con las cotidianas del hogar. De manera que la mujer era considerada una pieza fundamental en la agricultura, pero deficientemente remunerada por lo que no podía alcanzar la independencia económica.
En la imagen que mostramos al inicio del texto podemos observar como al fondo aparece la Cátedra de la Sección femenina, arriba a la derecha las Casas sindicales de San Bartolomé de Pinares y abajo a la derecha la tabla de gimnasia de las cátedras ambulantes.
La presencia de la mujer en la esfera pública durante la II República se sustituyó por la vuelta al hogar defendida por la tradición católica y el fascismo. La victoria de Franco en la Guerra Civil implicó la restauración del sentido tradicional de la familia. El surgimiento de la organización de la sección femenina de la Falange española en 1934 tuvo como objetivo consolidar los roles asignados a la mujer. Cuando termina la Guerra Civil, Sección femenina se prepara para asumir su tarea principal preparar a la mujer para la construcción del nuevo Estado social-sindicalista.
 La sección femenina se convierte en elemento de transmisión del papel secundario de las mujeres en la sociedad al tener en sus manos  una parte importante de la formación de las futuras maestras: economía doméstica, labores, música, y formación política. Los currículos de chicas y chicos en la enseñanza en este periodo van a ser diferentes en todos los niveles. Las alumnas deberán cursas materias de Hogar y asignaturas comunes, como la Formación del Espíritu nacional o Educación Física. 
 La sección Femenina estableció una red de centros y actividades donde pudieron extender su labor divulgadora y formativa. Estos objetivos se plasmaron en el desarrollo principalmente de Cátedras Ambulantes y Hogares Rurales de Colonización. Las Cátedras Ambulantes nacieron como Escuelas de Formación sobre ruedas para visitar los núcleos de población que contaban con menos de 5000 habitantes con el fin de mejorar su calidad de vida en los aspectos económicos, culturales y sociales. Las cátedras ambulantes de la sección femenina dependieron directamente del departamento de formación de la sección femenina. Es reseñable comentar que además de las cátedras ambulantes existían también las fijas.
En el caso de las cátedras ambulantes al estar destinadas a hombres y mujeres de todas las edades, no pretendían su afiliación a la Sección Femenina aunque quizá si a la Falange. Por encima de todo buscaban influir en las conciencias, las ideas y la moral de la población para vincularla con el Estado y conseguir de cada uno de ellos un ciudadano español, es decir, se encargaban de transmitir la doctrina falangista y la cultura a la mujer campesina.
 Las enseñanzas que se impartían de modo intensivo pueden dividirse en siete grandes apartados: formativas, sanitarias, cultura, hogar (impartían conocimientos de puericultura e higiene, corte y confección, economía doméstica, además de las nociones básicas de política y educación física), agrícolas (lo que supuso el aumento de los ingresos de los campesinos así como sus condiciones de vida),  y para niños religión y danzas.
El equipo de cada cátedra estaba constituido por personas fijas: una jefa de Cátedra, una instructora de industrias rurales, una instructora de juventudes, una profesora de corte, otra de labores y trabajos manuales y una médica. También existían otras personas que podían o no incorporarse a la Cátedra de forma variable: una enfermera o divulgadora rural una profesora de cocina y profesores de Cámaras Agrarias.

Bibliografía
  •  BALLARRÍN, P, La educación de la mujer española en el siglo XIX, Universidad de Granada.
  •  DEL AMO, Mª, La educación de las mujeres en España: de la amiga a la Universidad.
  • Exposición fotográfica: El tiempo entre visillos, disponible en http://centros.unileon.es/biologia/files/2014/04/Un-tiempo-entre-visillos_definitivo0.pdf
  • REBOLLO, Mª, P, Viaje al centro de ninguna parte: historia de las cátedras ambulantes, Universidad de Zaragoza.
 Aroa Murillo Dávila

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