miércoles, 25 de noviembre de 2015

Celebraciones, néctar y ambrosía de zoncas y cuartoaltos

Las presentes poesías fueron escritas por mi bisabuelo Nicolás Ramírez entre los años 1968 y 1678, en los años finales de la dictadura franquista. En todas las que se han recopilado por sus descendientes (agradeciendo la labor realizada por Blas y su mujer Mari), se narran la vida cotidiana de un hombre que vive en su localidad, en Tarazona de la Mancha. Gran amante de la naturaleza y de la apicultura, siempre le fascinó la observación de las costumbres y forma de vida de los animales. Escribía a su familia, a sus paisanos, a su burro, a su pueblo e incluso a la torre de la iglesia. Todas sus hazañas y experiencias del día a día las fue relatando en sus poesías. Nacido en 1903, el nivel de alfabetización que presentaba Nicolás era notable a diferencia de sus paisanos, aunque nunca tuvo acceso a una educación como tal. Por ello, como pequeño homenaje, comparto con todos ustedes algunas poesías acompañadas con fotografías de las celebraciones realizadas en aquella época como lo son una matanza o una boda. 

Hay una cosa en la vida
que no se debe olvidar,
el tener un buen gorrino
para poderlo matar.

Después de mucha pelea
llegó el día deseado,
se reúne la familia
y el cochino es sacrificado.

Todos no acuden temprano
para ponerlo en la mesa,
pero al cabo de las nueve
acuden aún con pereza.

Los chicos y los mayores
ya ninguno tiene penas, 
le dicen a la Dolores
tráete la botella, nena.

Para el ama fue la pelea,
ya preparan higos y vino, 
ella nunca se malea
y decía para sí,
¡Qué lástima mi gorrino!

Los chicos piden el rabo
que muy pronto se va a asar,
y las mujeres en la loncha
para empezar a guisar.

Ha tenido mucho magro
pues como otros, que más da,
mas los amos siempre dicen
este nuestro tiene más.

Pronto vamos a almorzar
cada uno a su tarea,
los cazadores a cazar
y los demás lo que quieran.

Así va pasando el día
el bullicio de los chiquillos,
la faena de las mujeres,
otros echando un pitillo
de la lumbre no se mueven.

Pronto vendrán los cazadores
porque el día van pasando,
echa el somarro Dolores
pa' los que han estao cazando.

Después ya viene la cena
con una liebre y dos pollos,
la gente no tiene penas
parecen todos pimpollos.

A bailar se ha dicho
para eso del saltón,
entre chascos y chistes
que no pare el porrón.

Ya va siendo tarde
las doce la una,
ya salen a pares
a buscar sus cunas.

Bien contentos todos
marchan para sus casas,
despidiendo a chorros
a los de la casa.

Con estas palabras
de estilo andaluz,
que comais todos
con buena salud

Y que si Dios quiere, 
que vengamos todos
el año que viene.

Nicolás Ramírez. La matazón

Celebración de bautizo con matanza en el año 1965

La presente fotografía es el retrato de una familia de la localidad albaceteña de Tarazona de la Mancha. El motivo elegido para fotografiarse es el bautizo de un nuevo miembro de la familia Ramírez Sajardo (conocidos con el mote de cuartoaltos en el pueblo). Como bien hemos podido leer en la anterior poesía, escrita por Nicolás Ramírez (hombre que aparece al fondo en el centro de la escena), todo buen banquete podía estar precedido de una matazón (como decimos en estos lares) en la cual, el lechón era sacrificado para obtener alimentos para celebraciones y para el duro invierno. Un bautizo, una comunión, una boda o una matanza eran motivos de celebración donde la familia se reunía para conversar y disfrutar de un buen día, contando anécdotas, riendo y bailando. La siguiente fotografía muestra la boda de otra familia, Lara Lázaro (conocidos como zonca). 

Boda de Juan Andrés y Antonia. Finales de los años 60. 

En un parque frondoso
había una fuente,
que niños y curiosos
y allí bebía mucha gente.

Dos jóvenes pasaron junto a ella
que agua también bebieron,
estaba clara y bella
hablaron y se conocieron.

Y como dos pájaros volaron
cierto que se gustaron,
así el tiempo pasaron
y al fin se enamoraron.

Ya formaron pareja
pareja para jurarse amores,
y el uno ya del otro no se aleja
en sus coloquios todo es resplandores.

No nos vamos a apartar del tema
ni a olvidar la pareja que ya miento,
es un asunto sin problemas
que siempre está en el pensamiento.

Y a esta pareja ya de exnovios
que fuertemente felicito, 
en este día tan propio
tan alegre y tan bonito.

Sus corazones van unidos
en busca de ilusiones y placeres,
aunque también quehaceres
hasta llegar a hacer su nido.

Nido que da que hacer al mundo
nido que da mucho que hacer,
nido que aquel amor profundo
jamás olvidareis aquel placer.

La cama sirve para todo
allí se fraguan cosas imprevistas,
allí se piensa lo imposible
y allí se acaban las conquistas.

En fin que todos seais felices
en la lucha por la vida,
y siempre unidos
podréis ganar bien la partida.

Y acordarnos todos
del nido que es la cama,
el poeta lo dice todo con modo
pero es una verdad con fama.

Y aquellos pajarillos que volaron
después de beber agua en la fuente,
del parque se alejaron
y ahora los tenemos aquí enfrente.

Felices y llenos de ilusiones 
que viváis muchos años
con el mejor apaño
y que estén unidos vuestros corazones.

Nicolás Ramírez. A la pareja del día.

Continuando con las celebraciones que anteriormente comentábamos, la siguiente fotografía está tomada en 1928. El motivo de añadir esta fotografía es tanto su antigüedad como su reciente descubrimiento hace unos pocos años. La fotografía tomada por Juan Oltra Ruiz retrata el momento de la inauguración de la fuente que corona la Plaza Mayor de Tarazona de la Mancha. El azar, o quizás el destino, hizo que en ella se fotografiaran a dos personas, Rosa Oltra y Juan Antonio Lara López (mi otro bisabuelo, conocido en el pueblo como "el manco Paulo" o "el alguacilillo"). Si observamos dicha fotografía y la anterior, vemos que es la misma persona, aquel que perdió un brazo tras un aparatoso accidente (Juan Antonio estaba apoyado encima de un tonel de alcohol en un local, y unos niños encendieron una cerilla y la arrojaron a dicho bidón, provocando la explosión de la tapa y arrebatándole el brazo). Decimos que esta fotografía encierra misterio porque la familia no conocíamos ni su existencia ni su paradero, hasta que hace pocos años, un paisano de nuestra localidad nos dio dicha fotografía a la familia. En ella se retrata al fondo el Gran Casino, fundado en 1915 (y que este año 2015 celebra su Centenario), la fuente del pueblo, recién instaurada en 1928 por el alcalde José Gil Martínez, y una espectacular plaza decorada con balcones de madera y con unos árboles que comienzan a crecer en esta tierra albaceteña. 

Inauguración de la fuente. Año 1928. Fotografía de Juan Oltra Ruiz.

Para finalizar este post sobre las celebraciones desarrolladas por algunos de mis antepasados en mi localidad natal, Tarazona de la Mancha, he de concluirla con el retrato de dos pequeños niños que son fotografiados por primera vez. Ambos son hermanos, ambos son zoncas y cuartoaltos, y ambos disfrutan con sus juguetes preferidos en su primera fotografía. No proceden de una clase alta, sino de una familia de trabajadores, de agricultores que ganan el dinero que obtienen con el sudor de su frente, trabajando de sol a sol. Es su primera fotografía y en ella se puede ver una felicidad, una sonrisa inmensa. No conocen todavía los placeres de la vida, de las celebraciones en familia, pero son felices, sin ese néctar ni la ambrosía que tomaban los antiguos dioses griegos; ellos disfrutan a su manera, con sus juguetes preferidos (Nicolás, mi tío, con el caballo de madera y Agustín, mi padre, con su perro Curro). 

Nicolás Ramírez y su caballo de madera. Año 1965.

Agustín Ramírez y su perro Curro.  Año 1971.

Julián Ramírez Picazo

No hay comentarios:

Publicar un comentario