Sección feminista de la falange
española
Fuente:
Exposición
fotográfica: Un tiempo entre visillos:
Modelos de mujer del siglo XX en Castilla y León.
El
cuidado de la casa, la atención al marido y la educación de los hijos serán los objetivos de la educación en una mujer del siglo XX. El sector femenino buscaba ideal de perfecta
casada, cuyo único fin en la vida era
alcanzar el matrimonio y ser madre.
La incorporación laboral
de la mujer a sectores industriales no le proporcionará dependencia alguna, ya
que el trabajo femenino en el sector obrero no es una opción sino una necesidad
que la hará sentirse culpable pues estará abandonando las funciones
obligatorias que le son acuñadas desde muy pequeña: la casa y los hijos.
La mujer durante su
juventud y hasta edades muy avanzadas solo podía encargarse de trabajar en el
campo periódicamente: en la siega, vendimia, escarda, cribando etc. alternando
esta labor con las cotidianas del hogar. De manera que la mujer era considerada
una pieza fundamental en la agricultura, pero deficientemente remunerada por lo
que no podía alcanzar la independencia económica.
En la imagen que
mostramos al inicio del texto podemos observar como al fondo aparece la Cátedra
de la Sección femenina, arriba a la derecha las Casas sindicales de San
Bartolomé de Pinares y abajo a la derecha la tabla de gimnasia de las cátedras
ambulantes.
La presencia de la mujer
en la esfera pública durante la II República se sustituyó por la vuelta al
hogar defendida por la tradición católica y el fascismo. La victoria de Franco
en la Guerra Civil implicó la restauración del sentido tradicional de la
familia. El surgimiento de la organización de la sección femenina de la Falange
española en 1934 tuvo como objetivo consolidar los roles asignados a la mujer.
Cuando termina la Guerra Civil, Sección femenina se prepara para asumir su
tarea principal preparar a la mujer para la construcción del nuevo Estado
social-sindicalista.
La sección femenina se convierte en elemento
de transmisión del papel secundario de las mujeres en la sociedad al tener en
sus manos una parte importante de la
formación de las futuras maestras: economía doméstica, labores, música, y
formación política. Los currículos de chicas y chicos en la enseñanza en este
periodo van a ser diferentes en todos los niveles. Las alumnas deberán cursas
materias de Hogar y asignaturas comunes, como la Formación del Espíritu
nacional o Educación Física.
La sección Femenina estableció una red de
centros y actividades donde pudieron extender su labor divulgadora y formativa.
Estos objetivos se plasmaron en el desarrollo principalmente de Cátedras
Ambulantes y Hogares Rurales de Colonización. Las Cátedras Ambulantes nacieron
como Escuelas de Formación sobre ruedas para visitar los núcleos de población
que contaban con menos de 5000 habitantes con el fin de mejorar su calidad de
vida en los aspectos económicos, culturales y sociales. Las cátedras ambulantes
de la sección femenina dependieron directamente del departamento de formación
de la sección femenina. Es reseñable comentar que además de las cátedras
ambulantes existían también las fijas.
En el caso de las
cátedras ambulantes al estar destinadas a hombres y mujeres de todas las
edades, no pretendían su afiliación a la Sección Femenina aunque quizá si a la
Falange. Por encima de todo buscaban influir en las conciencias, las ideas y la
moral de la población para vincularla con el Estado y conseguir de cada uno de
ellos un ciudadano español, es decir, se encargaban de transmitir la doctrina
falangista y la cultura a la mujer campesina.
Las enseñanzas que se impartían de modo
intensivo pueden dividirse en siete grandes apartados: formativas, sanitarias,
cultura, hogar (impartían conocimientos de puericultura e higiene, corte y
confección, economía doméstica, además de las nociones básicas de política y
educación física), agrícolas (lo que supuso el aumento de los ingresos de los
campesinos así como sus condiciones de vida),
y para niños religión y danzas.
El
equipo de cada cátedra estaba constituido por personas fijas: una jefa de
Cátedra, una instructora de industrias rurales, una instructora de juventudes,
una profesora de corte, otra de labores y trabajos manuales y una médica.
También existían otras personas que podían o no incorporarse a la Cátedra de
forma variable: una enfermera o divulgadora rural una profesora de cocina y
profesores de Cámaras Agrarias.
Bibliografía
- BALLARRÍN, P, La educación de la mujer española en el siglo XIX, Universidad de Granada.
- DEL AMO, Mª, La educación de las mujeres en España: de la amiga a la Universidad.
- Exposición fotográfica: El tiempo entre visillos, disponible en http://centros.unileon.es/biologia/files/2014/04/Un-tiempo-entre-visillos_definitivo0.pdf
- REBOLLO, Mª, P, Viaje al centro de ninguna parte: historia de las cátedras ambulantes, Universidad de Zaragoza.
Aroa Murillo Dávila
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