La fotografía
ha dado la vuelta al mundo y se ha convertido en uno de los íconos indiscutidos
de la victoria norteamericana tras la sangrienta Segunda Guerra Mundial. El día
23 de febrero de 1945 el fotógrafo Joe Rosenthal inmortalizó el instante con su
cámara fotográfica. Cinco marines de los Estados Unidos y un médico de la
Armada colocaban, no sin poco esfuerzo de su parte, una enorme bandera
norteamericana en la cumbre del Monte Suribachi, en Iwo Jima, tras una de las
más cruentas batallas de la Guerra del Pacífico durante la Segunda Guerra
Mundial.
Esa foto
siempre ha sido considerada como una de las instantáneas más importantes de la
guerra y es, tal vez, una de las más reproducidas de todos los tiempos.
Inclusive, la abusiva utilización de la foto por parte del gobierno
norteamericano de aquel entonces, los "frutos" comerciales que de eso
han derivado, ha causado más de un revuelo y alguna polémica (también generada
por los propios soldados retratados en la foto).
Es una imagen genial, sólo que... es falsa.
Es una imagen genial, sólo que... es falsa.
El problema es
que cuando Joe Rosenthal tomó la foto "real", el resultado final no
fue lo suficientemente impactante. La composición de la foto, la postura de los
soldados y una bandera sustancialmente más pequeña que la de la foto que
finalmente pasó a la posteridad no causaban la impresión deseada, de modo que
una vez que la lucha culminó y los norteamericanos libertarios ya tenían bajo
su control a la isla en el Pacífico, se tomó la determinación de
"recrear" la heroica escena. Sin vueltas.
María Calderón Pinar
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