A
partir de este comentario se pueden ir observando las diferentes partes de las
que consta el documento y todos los datos que no aparecen implícitamente en el
texto y que sí deben ser mencionados en el comentario. Quizás, este comentario
que yo propongo, puede ser algo extenso y complejo para alumnos de primero de
bachillerato, pero puede ofrecérseles como ejemplo para los siguientes que
tengan que hacer o también, una vez que hayan presentados los suyos, para
corregir, concretar y ampliar información que se les haya podido quedar en el
tintero. Sin más aquí os dejo mi comentario de texto acerca de Seneca Falls.
Antes
de cualquier posible análisis de la Declaración de Seneca Falls, es conveniente
aportar algunos datos que encuadren en un determinado contexto al documento.
Para ello debemos determinar la naturaleza del mismo; en este caso se trata de
un texto de carácter público pues, va dirigido a un destinatario universal;
tampoco podemos olvidar las connotaciones políticas con las que cuenta. La
fecha de publicación fue en 1848, concretamente, en el diecinueve de julio.
En
este primer acercamiento a la Declaración de Sentimientos debemos abordar
cuestiones de importancia relacionadas con las autoras; Elizabeth Cady Stanton
y Lucrecia Mott. Cady Stanton pudo estudiar en una academia mixta consiguiendo
así una preparación estupenda. Desde su infancia había estado interesado por la
justicia y las leyes y, en definitiva, por la desigualdad de la mujer. Era su
padre, Daniel Cady juez del Tribunal Supremo de Nueva York, quien saciaba el hambre
de saber de su pequeña hija. Su rápida integración en el movimiento
antiesclavista le permitió conocer a su marido, el cual, estaba muy implicado
en cuestiones de abolicionismo.
Por su parte, Lucrecia Mott, perteneciente a la religión cuáquera y
casada también con un abolicionista, fue muy afín con las ideas de igualdad,
ello le ayudó en su lucha por la mejora de la situación de la mujer.
Para
finalizar con esta primera parte del comentario debemos hacer alusión a
cuestiones temporales y de localización. 1848 es un año muy importante en
varios aspectos pero, para el feminismo, será decisivo. En dicho año se publica
el Manifiesto Comunista de Marx y Engels que, aunque en un primer momento no
tuviera el éxito que se merece (incluso los propios autores tardaron veinte
años en exhibir su autoría), significó el punto de partida hacia una nueva
etapa donde fueron comunes las luchas sociales de diversa índole. Los liberales
habían inaugurado la contemporaneidad con un claro objetivo; que el derecho y
la disposición de participar en los asuntos de una comunidad sería una lucha
constate y en aumento de todos aquellos grupos sociales que quisieran obtener
beneficios en una vida común, lógicamente, las mujeres y los negros, pretendieron
ser partícipes de todas estas luchas sociales. Aún así, no podemos olvidar que
por muchos avances que se vivieran, las mujeres, seguían estando bajo el mando
de sus maridos, pues por ejemplo, el matrimonio significaba la muerte civil de
la mujer y aunque en el ámbito de lo privado se hubiera conseguido cierto
margen de libertad ansiaban más y más autonomía para participar en la vida
pública, como por ejemplo, con el derecho a voto.
Así,
la primera mitad del siglo XIX en Estados Unidos, fue una época de cambios
sociales y económicos. Comenzaron a surgir movimientos que abogaban por una
sociedad justa e igualitaria, entre ellos, el romanticismo. Lejos de lo que
proponía la razón ilustrada, los románticos querían hacer partícipes a los
grupos que habían sido marginados tanto en el periodo revolucionario como
durante el mandato de Andrew Jackson. Éstos debían conquistar, al menos, los
derechos mínimos para el ejercicio de su libertad personal, dejando al margen, aquellos
derechos políticos.
El
resurgimiento del debate social, religioso y cultural permitió un reforzamiento
sin precedentes de la sociedad civil americana. Dentro de este Segundo Gran
Despertar y de la agitación religiosa que sufrió, la mayoría de los
norteamericanos participaban de tres confesiones: baptista, metodista y
presbiteria. Pero también podemos hablar de trascendentalistas, del unitarismo,
de los espiritistas y de otras corrientes más radicales como la Iglesia
mormona. Además de todo este renacer de la religiosidad popular, también es
importante mencionar las influencias recibidas a través del socialismo utópico.
Los movimientos utópicos comprendían a abolicionistas, reformadores educativos,
pacifistas, luchadores a favor de la templanza, asociaciones para ayudar a los
disminuidos, cruzadas contra la lujuria masculina y feministas. Todos ellos
contaban con un objetivo común: la regeneración de los valores morales de la
sociedad americana. No podemos dejar de mencionar dos pensadores que influyeron
considerablemente al movimiento feminista como fueron Robert Owen y Charles
Fourier.
Centrándonos
en la propia Declaración de Sentimiento de Seneca Falls podemos hacer un breve
análisis; Se trata de un texto donde las mujeres denuncian las
restricciones, sobre todo políticas, a las que estaban sometidas. Podemos
apreciar tres partes bien diferenciadas. La primera de ellas es un preámbulo
justificativo, una especie de prólogo donde se argumenta el porqué una mujer ha
de tener los mismos derechos que los hombres. La segunda parte es una
enumeración descriptiva de los abusos que las mujeres han tenido que sufrir por
culpa de los hombres, al fin y al cabo todos estos puntos relatan una vida
llena de sometimientos. Y, por último, una tercera parte, donde se plantea lo
que van a llevar a cabo, una advertencia final que señala cuáles son sus
intenciones, hasta donde son capaces de llevar por esta causa.
La declaración consta de doce resoluciones. Las primeras once fueron aprobadas
sin problemas, pero la número doce conllevó algunas dificultades. El derecho a
voto para la mujer parecía, para Lucrecia Mott, un paso un tanto precipitado,
ya que, el principal objetivo que debían conseguir era la conquista de los
derechos civiles y no de los políticos.
La
fuente de inspiración a la hora de redactar el texto fue la Declaración de
Independencia de 1776, de raíz profundamente ilustrada, que enumera entre los
derechos naturales e inalienables la vida, la libertad y la búsqueda de la
felicidad. Así, y entre otras cosas, modificaron al rey Jorge III por
"todos los hombres".
La Declaración fue firmada por 68 mujeres y 32 hombres.
No
podemos dejar de mencionar el movimiento antiesclavista surgido en Estados
Unidos durante el Segundo Gran Despertar por su afinidad con el feminismo. Las
mujeres fueron muy importantes para el abolicionismo; en un primer momento se
mantuvieron en segundo plano pero pronto comenzaron a convocar convenciones,
realizaban campañas y acudieron a auditorios mixtos, lo que denotaba cierta
promiscuidad. Las críticas no se hicieron esperar y supuso la ruptura del
movimiento abolicionista. Por un lado se encontraban los seguidores de
Garrison, el cual defendía una libertad inmediata y no gradual de los esclavos.
Éstos habían aceptado que las mujeres tuvieran las mismas facultades que los
hombres. Por otra parte, estaba el sector más conservador, no tan permisivo con
las mujeres.
Finalmente y a partir de 1848, las mujeres se dieron cuenta de la situación en
la que se encontraban y decidieron luchar por su causa dejando un tanto de lado
el tema de la esclavitud pues aunque también
fuera importante, las mujeres estaban en una situación más que complicada.
La
Declaración de Seneca Falls nace en el contexto de Andrew Jackson,
un presidente muy importante en la historia de Estados Unidos. De origen
humilde, Jackson se convertiría en abogado y fundaría el Partido
Nacional-Demócrata. Era un hombre considerado del pueblo y alejado de las
élites dirigentes del Partido Republicano, por ello, es por lo que surge el partido
demócrata, en contra de ese elitismo representado por la principal oposición.
Percibía a la banca como un generador de desigualdades sociales. Se convirtió
en una especie de héroe nacional debido a sus acciones; Concluyó
"felizmente" la Guerra de 1812, emprendió una serie de campañas
contra los cherokee, creek, choctaw, chicksaw y semiolas (empujados hacia el
oeste para permitir a los blancos establecerse hasta el Misisipi) y anexionó la
nueva República de Texas al territorio estadounidense, éstas y otras muchas
medidas fueron aplaudidas por muchos de los seguidores del presidente.
Así,
el ya citado romanticismo de Estados Unidos, estuvo unido a la idea de
expansión de este mismo país. El Destino Manifiesto justificará el nuevo impulso
de Estados Unidos hacia el Oeste, se trató de divulgar el sistema económico,
político y social de dicho país, ya que estaba demostrando suficientes signos
de grandeza como para ello, tanto fue así, que se convirtió en una especie de
“deber moral”.
Para
concluir el comentario me parece necesario mostrar los antecedentes de la
Declaración de Seneca Falls. Lógicamente, para que Elizabeth Cady Stanton y
Lucrecia Mott redactaran este escrito, otras muchas mujeres (y algunos hombres)
lucharon y sentaron las bases para lo que hoy día conocemos como feminismo.
Olimpia de Gouges y Mary Wollstonecraft son un buen ejemplo de ello. Ambas
poseían ideas similares pero Olimpia apostó claramente por la libertad, la
igualdad, la educación nacional para las mujeres y un trato igualitario en el
matrimonio y el divorcio. Una gran mujer que fue guillotinada el 3 de noviembre
de 1793.
Mary
Wollstonecraft llevó a cabo una línea similar sólo que en Inglaterra, allí
predicó valores como los antes mencionados y escribió una obra de vital
importancia como fue La vindicación y el
orgullo de ser mujer. Lo principal de su aportación fue la comprensión del
privilegio que poseían los hombres al dominar y subordinar a la mujer, un
privilegio que parecía ser innato. A partir de esta afirmación concluyó dos
ideas muy significativas para el feminismo, por una parte que el género está
determinado por la educación y el aprendizaje y por tanto, no es natural,
y que era necesario establecer lo que
hoy conocemos como discriminación positiva.
Así
y aunque este texto no tuviera la misma repercusión que otros, como el
Manifiesto Comunista, la Declaración de Sentimientos de Seneca Falls, supone un
hito en la historia del feminismo, un texto único con una característica que
antes no se había dado: lejos de las acciones individuales, Seneca Falls
constituye un movimiento donde ha primado el colectivismo frente al
individualismo.
Para
finalizar añadir unas palabras de Amelia Valcárcel que animan a continuar con
la lucha por la igualdad de la mujer pues “el feminismo no ha perdido hasta la
fecha ninguna de las batallas en que se ha empeñado. Ha tardado más o menos en
conseguir sus resultados, pero ha mantenidos sus objetivos invariables”.
Bibliografía:
De la Guardia. C. (2009). Historia de Estados Unidos. Madrid.
Silex Ediciones.
Sisinio Pérez Garzón. J. (2011) Historia del feminismo. Barcelona. La
Catarata.
IRENE SÁNCHEZ ONDOÑO